Por segundo día consecutivo, se reportan nuevos bombardeos en el Este de Ucrania, de los cuales se acusan mutuamente el ejército ucraniano y los separatistas prorrusos, lo que aumenta la tensión en la región y, a ojos de Occidente, los riesgos de una invasión por parte de Rusia.
El sonido de las bombas se escuchaba desde Stanytsia Luganska, una localidad ucraniana bajo control de las fuerzas gubernamentales cerca de la línea del frente, según un periodista de la AFP.
Las autoridades ucranianas, que el jueves informaron del bombardeo de una guardería de niños en la región sin que hubiera que lamentar víctimas, señalaron 20 violaciones al alto el fuego por parte de los separatistas prorrusos.
Éstos, a su vez, informaron de 27 disparos por parte del ejército ucraniano en las últimas horas.
Este aumento de los combates en la región en conflicto desde 2014 tiene lugar en plena escalada de tensiones entre Rusia y los países occidentales, que acusan a Moscú de haber desplegado decenas de miles de soldados en la frontera con Ucrania con miras a invadirla.
Rusia niega estos planes y desde el martes anunció una serie de retiradas de sus tropas en la frontera, que, según Kiev, alcanzan ahora los 149,000 efectivos.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, dijo el viernes que sigue viendo “más tropas desplazándose” hacia la frontera ucraniana.
Aunque Rusia ha anunciado que retiraba sus tropas a los cuarteles, no lo hemos visto aún. De hecho, vemos más tropas desplazándose en esta región” fronteriza, declaró Austin, tras una entrevista con su homólogo polaco Mariusz Blaszczak.
Con las miradas del mundo entero centradas en qué hará Vladimir Putin, Rusia anunció que el sábado iba a llevar a cabo maniobras de sus “fuerzas estratégicas”, incluyendo disparos de misiles balísticos y de crucero.