Crear una red social del Estado no es una idea nueva. En 2015 Venezuela creó el Sistema patria, que fue descrito por el gobierno de ese país como “una plataforma informática concebida por innovadores venezolanos para facilitar la formación, comunicación y organización entre colectivos y comunidades, y como una herramienta alternativa a las redes sociales mercantiles —Facebook, Twitter, WhatsApp, entre otras— utilizadas por algunos gobiernos para acumular información, controlar y espiar a ciudadanos y ciudadanas en diferentes naciones”.
Este sistema se conformaba por un clon de Twitter llamado Cardenalito; un servicio de almacenamiento en la nube conocido como Golondrinas, y hasta una copia de Facebook de nombre Nido.
Ninguna tuvo realmente éxito. Pero en octubre del año pasado, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, anunció que aquel país lanzaría una nueva red con su origen en el Sistema patria, y aunque aún no hay mucha más información sobre esta plataforma, se espera que este 2021 veamos resurgir las redes sociales bolivarianas.
NÚMEROS ROJOS
La inversión para crear y mantener una red social no es baja y puede pasar tiempo para que una plataforma de este tipo sea rentable. Por ejemplo, Twitter pasó sus primeros años siendo una apuesta de inversionistas de riesgo y perdiendo dinero, antes de lograr tener un modelo de negocio que la sacara de los números rojos.
Twitter fue creada en 2007, pero tardó varios años en lograr tener ganancias reportadas en Wall Street. Tan solo en 2017 reportó pérdidas por 108 millones de dólares, y fue hasta el último trimestre de ese año que anunció ganancias que la han mantenido en números verdes.
Gran parte de la inversión para crear una plataforma de este tipo debe estar dedicada a los servidores que alojan el servicio, lo cual es más rentable si se hace en sistemas como Amazon Web Services, donde Twitter ha alojado desde sus bases de datos, almacenamiento de datos en la nube y red de distribución de contenido.
En diciembre de 2020 anunciaron que también alojarán sus servicios de datos en tiempo real. Pero la parte más importante de crear una red social o cualquier plataforma es escribir el código.
Toda página o plataforma que visitas, todo sistema operativo que usas en un teléfono o computadora es la vista amable y estética de un código de millones de líneas que ha sido escrito para que tú solo le des click a algo y funcione. Uno de los ingenieros que formaba parte del equipo de desarrollo de Facebook reveló que “la red social tenía unas 20 millones de líneas de código escrita para funcionar antes de 2013”.
Escribir todo ese código también es inversión en dinero. La realidad es que crear un clon de Twitter o Facebook, fuera de esas inversiones, puede ser relativamente fácil y no tan costoso, pero corre el riesgo de convertirse en una plataforma estéril y sin muchos usuarios, si no ofrece algo diferente y una experiencia de usuario óptima que le permita eventualmente tener una base de usuarios que la conviertan en algo rentable en un determinado tiempo.