A través de su Revista “Justicia en Yucatán”, el Poder Judicial del Estado, señala que el país ha estado afectado por dos pandemias, la del COVID-19 y la de la violencia doméstica; lo que genera un doble reto para el Estado. Combatir la pandemia misma y poner en marcha mecanismos de respuesta mínima a temas de salud mental.
Sentencia que, desde el inicio de la pandemia misma, se ha reportado un incremento en el tema de la violencia familiar, según datos de la Secretaría de Gobernación, que se basa en las llamadas de auxilio reportadas al 911, de las que el 66% son referente a violencia física y el 24% son por violencia psicológica.
Señalan que los motivos de confinamiento de las personas, han originado este incremento de violencia en el seno familiar, sin embargo, detonantes como el alcoholismo, frustración económica, incertidumbre laboral, poca resistencia al estrés, falta de rutina diaria, no son descartados.
Mientras que un sector de la población considera que cerrar puertas y ventanas es poner a salvo su integridad y la de los suyos, otros consideran que no tienen escapatoria, porque la amenaza constante se ubica al interior de la casa, lejos de las miradas ajenas.
Es por ello que los expertos en psicología, afirman que se debe reforzar las cualidades de las relaciones familiares, su estructura e identificar recursos efectivos para sobre ponerse a la situación y acercar los servicios públicos de apoyo para mantener la calma y reconstruir de forma respetuosa la convivencia entre quienes conforman la familia.
Por su parte la Magistrada, Ligia Cortés Ortega, sentenció que además de generar y trabajar las estrategias de apoyo a quienes sufren de la violencia familiar, se reforzará el empleo de los medios alternos de solución de conflictos, ya que seguramente habrá un incremento en el número de divorcios.
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Lic. Roberto Dolz
