En los últimos siete años, se ha observado un notable aumento en las llamadas de emergencia relacionadas con casos de abuso sexual, reflejando un fenómeno social complejo con dos caras.
Por un lado, el activismo del movimiento feminista ha generado un incremento en la conciencia y la disposición de las mujeres para denunciar y buscar ayuda en situaciones de abuso. Sin embargo, por otro lado, muchas víctimas enfrentan barreras significativas para denunciar sus experiencias o experimentan una respuesta lenta por parte de las autoridades.
Según una investigación basada en datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), las llamadas al 911 relacionadas con agresiones sexuales han aumentado en un 104%, pasando de 3,925 en 2016 a 8,001 en 2023.
Este incremento en las llamadas de emergencia también se refleja en un aumento del 90% en las denuncias presentadas ante las autoridades en los últimos cinco años. Especialistas consultados coinciden en que este aumento evidencia una mayor visibilización de un problema que solía permanecer oculto en el silencio y la intimidad.
Elsa Arista, integrante de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos y de la Asamblea Vecinal Nos Queremos Vivas Neza, señala que el movimiento feminista ha jugado un papel crucial en la sensibilización sobre la violencia de género, destacando la importancia de eventos como la marcha del 8 de marzo de 2020, que visibilizó la problemática incluso en medio de la pandemia de COVID-19 y presionó a las instituciones a tomar medidas para abordarla.
Una de estas medidas incluyó la creación de líneas telefónicas para brindar apoyo a las personas que enfrentan violencia en el hogar. Sin embargo, Arista subraya que aunque estas líneas telefónicas representan una opción para buscar ayuda, no garantizan una respuesta inmediata, lo que resalta la necesidad de continuar trabajando en mejorar los servicios de atención a las víctimas de violencia de género.