La primera final de la NFL en Las Vegas es un espectáculo único que reúne imitadores y coristas de Elvis Presley, así como múltiples celebridades que recorren el strip, junto con más de 330 mil visitantes que llenan hoteles, casinos y centros comerciales para presenciar el partido entre los Jefes de Kansas City y los 49ers de San Francisco en el Allegiant Stadium, ahora convertido en un escenario deportivo de primer nivel en una ciudad que nunca duerme.

Los funcionarios de Nevada comenzaron a planificar este gran evento antes incluso de que la construcción del hogar de los Raiders estuviera terminada, ubicándolo estratégicamente cerca del centro de la ciudad, a solo 10 minutos en coche desde el aeropuerto y accesible mediante un enorme puente peatonal para aquellos que prefieren caminar.

Caminar por las calles abarrotadas de gente después de un partido como este puede crear imágenes inolvidables. “Crecimos en una época en la que tener equipos deportivos profesionales en Las Vegas era solo un sueño, así que esta es una oportunidad única en la vida para nosotros”, expresó Michael Naft, comisionado del condado de Clark, en medio de una semana llena de conferencias de prensa, fiestas privadas y la cuenta regresiva para el partido proyectada en una gigantesca esfera.

Los Jefes están familiarizados con este ambiente, habiendo experimentado situaciones similares en diversas sedes, incluso derrotando a los 49ers hace cuatro años en Miami. Sin embargo, ahora su rival cuenta con un mariscal de campo como Brock Purdy, quien ha pasado de ser la última selección del draft de 2022 a convertirse en una pieza fundamental en la ofensiva, desafiando a Patrick Mahomes por su tercer título en el Super Bowl.

“Entendemos la situación. Lo comprendemos perfectamente”, declaró el entrenador en jefe de Kansas City, Andy Reid. “Quizás no seamos los favoritos, pero estamos listos para competir, porque esa ha sido la mentalidad de este equipo. No nos intimida. Desde el año 2000, solo cinco franquicias han ganado el título de la NFL sin ser favoritas en sus tres últimos juegos, pero los Jefes parecen disfrutar del desafío. Ninguno de sus jugadores está interesado en silenciar a los críticos.

Por otro lado, San Francisco lleva consigo las cicatrices de sus enfrentamientos previos contra Reid y su equipo, incluyendo la derrota sufrida en 2022 por 44-23 durante la temporada regular. Este es el momento de buscar la revancha. El entrenador Kyle Shanahan ha estado cerca de ganar el campeonato en dos ocasiones anteriores, pero en ambas su equipo dejó escapar amplias ventajas en el marcador. Patrick Mahomes busca su tercer anillo de Super Bowl, mientras que Brock Purdy aspira al primero.

“Esas derrotas fueron devastadoras”, confesó Shanahan. “Pero se trata de intentarlo de nuevo, y eso es lo que me emociona”. Hasta ahora, los 49ers son favoritos por 1.5 puntos, según FanDuel, aunque este número podría cambiar antes del juego.

En cuanto a la reventa de entradas, los precios han superado los 41 mil dólares (716 mil pesos) y continúan aumentando. Hasta la fecha, el precio promedio en plataformas como StubHub y TickPick oscila entre los 8,700 y 10,000 dólares (170,800 pesos). Las autoridades de Nevada esperan que el evento genere ingresos por valor de 600 millones de dólares, incluyendo récords en costos de habitaciones de hotel y apuestas deportivas.

El “efecto Taylor Swift” se hace sentir también, especialmente con la relación entre Travis Kelce, ala cerrada de los Jefes, y la estrella del pop, que ha aumentado el interés en el juego en comparación con ediciones anteriores.

Para los Jefes, nada menos que conquistar otro trofeo Vince Lombardi sería aceptable, lo que los coloca bajo una presión adicional. Mahomes, dos veces MVP de la liga y del Super Bowl, ha comenzado a ser comparado con Tom Brady, quien cuenta con siete anillos de campeón. Sin embargo, para Mahomes, es demasiado pronto para entrar en ese debate. Su enfoque está en ser el mejor jugador posible y disfrutar del momento, dejando el futuro para resolverlo en el futuro.